El silicio ha adquirido bastante reputación en los tiempos recientes, quizá de la misma manera que otros minerales como el magnesio o el azufre que cada vez son más pobres en nuestras tierras y por tanto en nuestra dieta. El silicio en realidad es el segundo elemento químico más común en la corteza terrestre (tras el oxígeno) pero se encuentra en su forma inorgánica, es decir, como un mineral que los seres vivos no podemos asimilar. Es a través del metabolismo que las plantas realizan de ese mineral como podemos absorberlo y hacer uso de él.
En esta forma orgánica está presente en casi todos nuestros tejidos, pero sobre todo es más abundante en cabello, uñas, dientes, huesos y tejido conectivo. Es por eso que tradicionalmente se ha usado como un promotor de la regeneración tisular y en especial en tratamientos de belleza, para prevenir o tratar por ejemplo arrugas y descolgamiento, uñas frágiles o caída del cabello. También ha sido ampliamente usado por deportistas, para prevenir el desgaste del cartílago o aliviar las molestias ocasionadas cuando ya se ha iniciado.
De hecho a mediados del siglo pasado y tras las investigaciones y experiencias del reconocido científico Dr. Le Ribault se ha creado una rama terapéutica llamada silicoterapia y que se basa en el uso del silicio orgánico. Lo que se postula es que cualquier enfermedad produce alteraciones en la polaridad o propiedades eléctricas de las células y sus matriz, siendo el silicio al parecer un buen estabilizador de este equilibrio que podría ayudar a la célula a resistir los embates del tiempo.
Aunque la silicoterapia le atribuye muchos más efectos terapéuticos, tradicionalmente se ha usado para estimular el metabolismo y regeneración de la piel y otros tejidos conectivos, como remineralizante (participando en la calcificación ósea) y para favorecer la regeneración de los cartílagos. Por supuesto sin olvidarnos de su uso para fortalecer cabello y uñas, muy extendido, así como para mantener la elasticidad de las arterias. No sólo por su actividad en la membrana celular, sino que algunos autores de estudios aseguran que podría ayudar a evitar que el calcio se adhiera en las arterias, ayudando a dirigirlo al hueso y colaborando en su remineralización.
En este caso la toma es muy cómoda, ya que es en un jarabe de sabor limón que incluye además del silicio un aporte de cola de caballo. Probablemente la razón es que esta planta contiene en sí misma muchos de los minerales y oligoelementos esenciales para nuestro organismo, y es una buena base mineral para acompañar, que de paso colabora con la función renal.
- 150 mg de silicio (solución al 46,8%)
- 600 mg de cola de caballo (extracto fluido de Equisetum arvense L.)
Puede presentar posibles cristalizaciones. Sabor agradable. Contiene 0,4% (V/V) de alcohol. Contiene fructosa. Tolerado por diabéticos. Sin gluten. Modo de empleo:
1 cuchara (10 ml) 3 veces al día con las comidas.
Presentación: Bote de 500 ml.* El contenido de este artículo es informativo y proveniente de diversas fuentes, tal y como indicamos en nuestros “Términos y condiciones”. Cualquier información contenida en este artículo se debe situar en un contexto de dieta equilibrada y variada, y las posibles recomendaciones son para un uso moderado. En ningún caso constituyen una indicación, diagnóstico o tratamiento, ni pueden sustituir las recomendaciones de su médico o profesional de la salud. Si tiene alguna duda sobre su dieta consulte con el profesional de la salud que considere más adecuado.** Los complementos alimenticios no deben usarse como sustitutos de una dieta equilibrada ni de un modo de vida sano. No superar la dosis diaria recomendada. Mantener fuera del alcance de los niños. No tomar en caso de hipersensibilidad a alguno de sus ingredientes. Los resultados de los complementos nutricionales pueden variar en función de la persona, y el tiempo para obtener los beneficios indicados dependerá de cada caso.
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