Sopas frías y gazpachos para todos

Llega la época en la que en vez de empezar con un caldo empieza a apetecer gazpachos y sopas frías. Y es que son un entrante riquísimo, muy sano y que da mucho juego. Además te pueden durar unos días en la nevera, para tomarlo fresquito, de entrante, en la merienda o la cena. Se han puesto de moda con el nombre «salad shakes», pero en realidad en la dieta mediterránea llevamos siglos practicándolos.

Hoy queremos darte un par de recetillas para todos los públicos, así que sólo usaremos ingredientes vegetales y nada de gluten.

¿Por qué molan tanto las sopas frías?

Bueno, las razones van más allá del sabor y de la comodidad, por supuesto. Al usar los ingredientes vegetales en crudo estamos disfrutando de sus minerales, antioxidantes, vitaminas y enzimas. Son alimentos vivos. Esos micronutrientes son esenciales, cofactores de las reacciones químicas en nuestro organismo. Se necesitan para producir hormonas, energía (ATP) o neurotransmisores, para las actividades diarias de la célula, y en general mantener el equilibrio.

Andamos carentes la mayoría de veces de ellos. Puede ser por el procesado antes de que lo compremos (agotamiento mineral del suelo, maduración fuera de la planta, aditivos, radiación, envasado…). Pero también influye el procesado tras la compra, es decir, cómo lo conserves y sobre todo cómo lo elabores. El cocinado se lleva por delante muchas de las vitaminas y enzimas, más dependiendo de la forma en la que lo hagas.

Y si además los hemos comprado ecológicos tendrán más micronutrientes, y cero pesticidas y tóxicos. Habrán madurado en la mata lo suficiente para tener sus minerales a tope, en una tierra sin abonos químicos y descansada. También usando ingredientes ecológicos podemos permitirnos dejar parte de la piel, aportando más fibra y prebióticos. Y por si eso fuese poco, estamos cuidando la biodiversidad ambiental, comiendo de cercanía y temporada, y respetando el entorno. Ahí es nada.

Antes de cortar, lava bien todos los ingredientes. Ponlos a remojo en agua con un chorrito de vinagre de manzana. Si la fruta y verdura es ecológica, 5 minutos son suficientes. Que sea ecológica no significa que no pueda estar sucia o tener algún bichito, lávala siempre. Si no lo es, déjala media hora por lo menos, aclárala bien de ese agua y desecha siempre la piel.

Me has convencido pero paso de cocinar

No es que podamos llamar a esto cocinar, pero entiendo perfectamente que hay gente que por la razón que sea no quiere hacerlas. Bueno, para eso somos una ecotienda, ¿no? No te preocupes, que hemos traído algunas sopas frías abrir y listo.

Siempre vamos a estar más de acuerdo con el «slow food» y el cocinar en casa. Te sale más económico, supone dedicar atención a tu bienestar, y lo puedes adaptar más a tu gustos. Asómate si quieres a las recetas más abajo y verás que son fáciles. A veces llegas tarde a casa, no has podido hacer compra de fresco, y te encantaría que estuviera hecho en la nevera. Hay opciones de todo tipo; pincha en la foto y te llevará al producto si quieres ver más información.

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Sopa fría de pepino y aguacate con hierbabuena.

El pepino da un juego tremendo para hacer sopas frías, refrescantes, suaves, diuréticas y originales. Se puede hacer de mil maneras. Por ejemplo hay gente que la hace con yogur o queso en vez de aguacate. Es muy típica en Oriente, pero optamos aquí por la versión vegana sin lácteos.

A mi me encanta la sopa fría de pepino con manzana, que es más líquida y ligera… Si quieres darle un toque más de cuchara tipo crema, cuece una patatita y déjala enfriar antes de añadirla. Y por supuesto, en las especias está la alegría; le pega también la menta, el perejil, el cilantro, el sumac…

Para 4 raciones necesitaremos medio kilo de pepinos y un par de aguacates medianos. Hay gente que pica también una cebolleta, pero eso es cuestión de gustos. Yo lo prefiero sin ella pero con un diente de ajo. Pelaremos y trocearemos los pepinos y los aguacates, y los pondremos en un vaso de batidora. Añadiremos el diente de ajo, 4 cucharadas soperas de aceite de oliva de primera presión en frío, una cucharada sopera de vinagre/zumo de limón, media cucharadita de sal del Himalaya y la hierbabuena al gusto. A mi me gusta ponerle también un poco de pimienta negra y comino molido.

Lo batimos todo y cuando esté iremos añadiendo agua fría hasta conseguir la textura que nos guste. La servimos directamente o la guardamos en la nevera bien tapadita. Me gusta servirla con sésamo tostado por encima. A veces algún «tropezón» de pepino o incluso trocitos de tomate pelado.

sopas frías de pepino y aguacate

¿Para qué me vale esta sopa fría?

El pepino es 90% agua, con lo que es muy hidratante y perfecto para el verano. Sobre todo por sus electrolitos es perfecto para gente mayor que ha perdido el reflejo de la sed. Su riqueza en agua hace que sea también diurético y ayude a eliminar toxinas. Contiene potasio, silicio y magnesio entre otros minerales y electrolitos. Respecto a vitaminas, contiene algunas Bs, la A y C, aunque la mayoría de la vitamina C está en la piel. Es saciante pese a ser bajo en calorías. Además el zumo de pepino se considera un remedio para la resaca, con lo que las sopas frías con pepino van genial para contrastar excesos veraniegos.

El aguacate por su lado aporta una riqueza en grasas saludables maravillosa. En su mayoría sería omega 9, ácido oleico monoinsaturado. Y además es muy nutritivo, conteniendo 20 vitaminas y minerales. Destacan las vitaminas Bs, A, K y C y el potasio, así como antioxidantes como la luteína o la zeaxantina. En menor cantidad contiene también magnesio, manganeso, hierro, cobre, zinc o fósforo. Es bajo en azúcares pero muy rico en fibra. Es un complemento maravilloso en las sopas frías porque aumenta la absorción de nutrientes liposolubles, como ciertas vitaminas y antioxidantes. También por su riqueza en grasas ralentiza la absorción de los azúcares.

Sopas frías de remolacha y sandía

gazpacho de remolachaEsta receta tiene mil variaciones posibles. La versión típica de países eslavos son sopas frías en el más estricto sentido de la palabra. Se hace con un caldo de pollo (casero generalmente hecho con carcasas y verduras) que se deja enfriar. Este caldo se usa como líquido en el que triturar las remolachas, y se pueden añadir otros ingredientes según la zona. A mi personalmente me gusta más al estilo gazpacho, pero puedes probar también variables.

Todas las recetas que encuentres se harán con remolacha cocida. Pero es una pena perder todas las maravillosas propiedades de esta raíz en crudo. Así que yo te recomiendo que pruebes a comer un trocito sola y veas si te gusta. Si quieres suavizar el sabor y textura, es genial macerar la remolacha cruda 30 minutos. Cortada en lonchas o trozos pequeños en un bol con una cucharada de aceite de oliva, un poco de zumo de limón, una cucharadita de vinagre de manzana y una pizca de sal (del Himalaya o marina). Otras opciones (peores que cruda, mejores que cocida) son hacerla al vapor o cocerla entera con piel.

Tenemos la opción 1, sencillísima. Se tritura remolacha (cocida, cruda o macerada), sandía (quitando las pepitas), vinagre o zumo de limón, sal y pimienta. Queda más líquido y dulce, para tomar en vaso. A mi me gusta ponerle remolacha cruda rallada por encima, o frambuesas si tengo.

Gazpachito de remolacha y sandía sin gluten.

Y mi opción preferida, más verduril y para servir en plato. Cortamos y pelamos los ingredientes como si fuésemos a hacer un gazpacho: en nuestro caso un pepino, una cebolleta o cebolla dulce, medio pimiento rojo, un par de dientes de ajo y 4 o 5 tomates. Pero además añadimos a todo esto 2 o 3 remolachas (cocida, cruda o macerada) y medio kilo de sandía. Intentamos quitar los pipos de la sandía y el pepino, aunque si queda alguno al pasarlo por el colador o el chino quedará atrás.

Una vez que lo tenemos todo en el vaso de batidora le añadimos sal al gusto, vinagre de manzana y aceite de oliva de primera presión en frío (¿por qué eso de la primera presión?). Batiremos e iremos corrigiendo la textura si es necesario con agua mineral bien fresquita hasta que esté a nuestro gusto. Si no lo vas a servir en ese momento no lo cueles aún. Mételo en el frigo sin colar que seguirá cogiendo sabor. Pásalo por el chino o por colador antes de servir. A mi personalmente me gusta luego el tema «tropezones» cortaditos al servir, pero eso va en gustos así que lo dejo en vuestras manos.

Para los fans del pan en el gazpacho, o del gazpacho que hay casi que masticar, también tengo solución sin gluten para dar más textura. La más fácil, la almendra (molida ya o pasada con la batidora si es potente). Otra muy rica es la de incluir como en la anterior receta 1 aguacate. Y la última pero no menos interesante, un huevo duro, pelado, claro.

¿Para qué me van bien la sandía y la remolacha?

gazpacho de sandía y remolachaSobre todo esto es una reivindicación de la remolacha, una hortaliza muy mediterránea. Obviamente hablamos de la remolacha roja, no de la azucarera. Lo primero sólo hay que verla; ese rojo-morado subido es indicativo de su riqueza en flavonoides. Estos antioxidantes se suelen relacionar con la circulación, la vista, la detoxificación hepática y el estrés (por oxidativo). Los beneficios circulatorios vienen apoyados por la riqueza en óxido nítrico y ácido fólico.

Es muy remineralizante, no en vano vive dentro de la tierra. Entre sus múltiples minerales y oligoelementos destaca el hierro. Entre el ácido fólico, el hierro y la vitamina C (que mejora la absorción del hierro) no es de extrañar que se suela recomendar siempre en anemias, embarazo o deporte. También rica en fibra soluble e insoluble, con lo que tiene una función prebiótica y de ayuda en el tránsito intestinal. Es rica en oxalatos así que no deben de abusar de ella las personas con piedras en el riñón, sobre todo las de oxalato.

La sandía sin embargo es casi todo agua (93%), lo que la hace ligera, refrescante y depurativa. Combina maravillosamente con las propiedades de la remolacha, aportando L-citrulina. Los deportistas la conocen bien porque ayuda a relajar los músculos doloridos tras el deporte. Y por la relajación de vasos sanguíneos se la conoce también como una «viagra» natural, pero te tendrías que hinchar a sandía para obtener tanta citrulina.

Como con la remolacha, el color nos dice mucho. Tan rojita es rica en antioxidantes, concretamente licopenos. Además también contiene vitamina A en forma de carotenos, genial no sólo para el sol sino para el mantenimiento de mucosas, actividad reforzada por su riqueza en vitamina B6. En menor medida pero también interesantes contiene otras vitaminas del grupo B (niacina) y vitamina C. En minerales destacan el potasio y el manganeso. Es muy baja en sodio.

Por lo tanto tenemos unas sopas frías remineralizantes, diuréticas, antioxidantes y depurativas. Perfecto para afrontar un verano mejor. Sólo la evitaremos en dietas de control de potasio o de oxalatos. Para el resto superrecomendables.

Enamoradas de las sopas frías

Como ves, nos encantan las sopas frías. Son refrescantes, remineralizantes y antioxidantes. Y son ricas en alimentos vivos y enzimas, que nos hacen mucha falta en los tiempos que corren. Pero seguro que tú tienes tus recetas también, y nos encantaría que nos las contases en los comentarios. Melón, pera, fresas, espinacas, maíz, zanahoria… Hay muchísimas opciones para todos los gustos y colores. Y si pruebas las nuestras nos hace ilusión conocer tu opinión, si gustó en casa, si le diste tu toque…

No hemos hecho estas fotos tan maravillosas… Son de:

Sopa de pepino y aguacate

Gazpacho de remolacha y sandía

Pepino

Remolacha

Post escrito por Estela Castro naturópata

 * El contenido de este artículo es informativo, con fines educativos y proveniente de diversas fuentes, tal y como indicamos en nuestros “Términos y condiciones”. Cualquier información contenida en este artículo se debe situar en un contexto de dieta equilibrada y variada, y las posibles recomendaciones son para un uso moderado. No tiene la intención de diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. En ningún caso constituyen una indicación o pueden sustituir las recomendaciones de su médico o profesional de la salud. Si tiene alguna duda sobre su dieta consulte con el profesional de la salud que considere más adecuado.
** Los complementos alimenticios no deben usarse como sustitutos de una dieta equilibrada ni de un modo de vida sano. No superar la dosis diaria recomendada. Mantener fuera del alcance de los niños. No tomar en caso de hipersensibilidad a alguno de sus ingredientes. Los resultados de los complementos nutricionales pueden variar en función de la persona, y el tiempo para obtener los beneficios indicados dependerá de cada caso.

2 comentarios de “Sopas frías y gazpachos para todos

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